jueves, septiembre 27, 2007
viernes, septiembre 21, 2007
Vivo en un saco
Vergonzoso. Hicieron una canción sobre mi y nunca me he visto beneficiado por ello. No pido mucho, mi saco es muy amplio, muy cómodo, muy suave al tacto; pero ya saben, a veces vienen incómodas visitas y a nadie le gusta dormir codo con codo con la suegra (ni cachete con cachete, ni ...)... yo me conformaba con un adosado, algo sencillo, coserle un saquete a mi saco, o incluso un forro para esos dias humedos de invierno en los que te tiemblan todos los huesos, un forro impermeable, claro, puestos a pedir... en fin, mi vida, frente a lo que puedan ustedes pensar, es muy confortable. Yo no soy uno de esos adinerados que viven entre cartones y te sacan los cuartos mirando al infinito desoladamente. A mi... a mi me va mas vivir la vida, vagabundear pero de una manera fiel al término, vagar de aquí para allá, sin molestar a nadie, lamiendo las aceras como principal método de subsistencia... recuerdo una vez en la que probe el helado... sabía a frío afrutado, era de un intenso color naranja... debía de ser muy energético pues alguien había arrojado la tarrina medio llena (siempre hay que ver las cosas medio llenas) desde el otro lado de la acera, donde estaba la heladería( el ser humano es tan simple que al lugar donde se venden helados le llama heladería, ¿dónde está la imaginación? llámenlo almacén distrubuidor de fríos sabores, hombre)... Lo dicho. ¿Por dónde iba? Ah, si. No, no me acuerdo. La cabeza se me va y se me viene. En fin, me está entrando el sueño. Les invitaría a pasar gustoso, pero no tengo ropa. Se la cambié a un simpático hombrecillo por un loro muy majo. "¡Caramelo!", solía gritar. Ayer mismo me levanté y no quedaba de él más que su pluma azul...
jueves, septiembre 20, 2007
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