viernes, julio 18, 2008
Ligero cual velero. (¡Oh, calor, no derritas mis sesos!)
Hoy me he levantado con la sensación de no haber soñado. Es difícil recordar los sueños, pero la sensación era de vacío. De un vacío de horas, y en verano las horas son larguísimas. El calor expande el tiempo tanto que, al mover los brazos, un dios hindú se manifiesta en nosotros. Construir las frases se vuelve algo eterno, las comas bailan y parecen tener cabida entre cualquier combinación de palabras. Es todo tan lento... Salvo esa repentina brisa que entra por la ventana. Pero no hay que dejarse engañar,al abrir la ventana de par en par para abrazar ese leve aliento singular nos encontramos de bruces con un muro asfixiante, difícil de deletrear. Denso. Soñar en verano solo es posible junto al aire acondicionado, cruel invento que te hace viajar a lugares polares, que a su vez destruye con sutil ironía. Max Power.
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