Más contento con el título, me dispongo a darle rienda suelta a la escritura, de manera limitada. Los factores externos la limitan. Internamente el flujo es incoherentemente constante, pero el medio de transmisión coarta, como a veces harta la tarta. Solo una porción, por favor. Mmm, deliciosa. Acábate el helado antes de que se te caiga por encima. Fundido a negro. Cortinilla de estrella. Y sin censura previa, reflejar lo inmediato, los estímulos a veces nada estimulantes que brinda el mundo, que ilumina, ciega, da y quita, nunca te deja estar contento. Un mero entrenamiento, un mero pasatiempo, un mero divertimento, un mero al mar. Un insulto en forma del primo del que va a la tierra como aquel va al mar. Aunque sea pequeñito. Cosas que uno no puede llegar a entender, pues sin un tema que tratar, una historia que contar, el continuo divagar no hace mas que girar y girar, tratándolo todo de soslayo, no vaya a haber ningún fallo. Me encanta rimar. No así oír un motor funcionar, pero para el calor no hay nada mejor. Una vez dentro no hay forma de parar, pero no quiero convertir esto en un escrito "de época". ¿Pero de cuál? Y no puntuar al principio y al final no es ninguna licencia poética.
A veces puedo ser muy denso y el calor no me deja continuar... otro día quizás me moje, literal o figuradamente. O quizás llegue tarde.
Mejor fuera que dentro, dado el caso. Muy escaso.
Como demostró Tim Burton en su más infame obra, un mal final desluce la mierda que se te ha hecho tragar durante, así que lo mejor es un continuará, que deje a los pobres y escasos lectores sumidos en la desesperación, pues aún podría ser peor.
Porque segundas partes nunca fueron buenas.
"Pues el otro día vi un partido de fútbol y la segunda parte fue mejor que la primera, le pegaron al árbitro y todo."
martes, agosto 05, 2008
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