martes, febrero 24, 2009
Between
Entre. Pase si quiere. Pronuncie su discurso mil veces pronunciado. Siempre vacío. Pero hace enloquecer a las masas. Las masas le dan contenido, lo interpretan para sentirse llenos de ese vacío. Sin palabras ajenas que resuenen como deben de resonar los alaridos de un ave mitológica haciendo eco en el gran cañón dentro de sus craneos rellenos de humo lanzado por una máquina de humo que lo crea a partir de un ligero líquido amarillo depositado, claro está, en su depósito de líquido amarillo que al ser de gran calidad sus componentes no deja residuos en la máquina haciendo que esta pueda seguir lanzando humo mucho tiempo. Así también funciona usted, emisor del mensaje, satélite de comunicaciones. Es lo suficientemente listo para que lo que repite mitin tras mitin entre y salga de su cabeza sin dejar mas rastro que una piedra al caer en un lago. Su onda se esparce hasta quedar en calma de nuevo. Pero ellos lo necesitan, los que le aman y los que le odian, le necesitan para continuar con su vida. Para jalearle, para insultarle, para decidir qué es lo que quiere decir cuando no quiere decir nada. Ha movido la ceja, hoy discutiré con mi pareja.
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