Reflexiones filosóficas cantadas sin ánimo de ofender fueron recitadas a su vez operísticamente con reinas homenajeadas por dementes soñadores alguna vez. Y un solo de piano acompasado viene detrás pidiendo paso para enmudecer a los que gritan para decir, desesperados ellos, lo ruidosamente equivocados que están. Río escandaloso, sin duda caudaloso.
Pero sin embargo no puedo evitar pensar que pienso demasiado y no veo nada al otro lado, escribo sin rumbo como hechizado por una poción realizada con ingredientes improvisados. Puede que el efecto sea el correcto, el deseado, pero todo el camino lo habré pasado noqueado, casi seguro habré vomitado. Y sin un doblaje adecuado.
Entiendo que todo fluye como el agua del río antes mencionado, que no era tal, sino una carcajada ahora ahogada precisamente por esas aguas que no son.
Y el final se aproxima, pero su forma no aparece, se desvanece más cuanto más se acerca, se difumina cual neblina, y es que no veo bien de cerca. Pero se acerca.
Escucho música desvirtuada de artistas otrora malavaristas, mezclo rimas con tarimas, subo y bajo escalones y estoy hasta... dejando ciertas reflexiones al lector. Siempre presto a la interpretación.
Pero el significado carece de importancia cuando simplemente se escribe por pura extravagancia. Autores mejores se han suicidado. Como nunca o como siempre no sigo el hilo, necesitaría un cordón mu grueso para no perderme dentro de una maraña recién desperezada que aún bosteza presa de tu mirada. Ua mirada que no está más que en mi cabeza. Salvo cuando me mira.
Y si me mira puedo verlo todo. Todo lo que merece la pena ver hoy, aquí, ahora. Ahora. Ahora.
Y me pregunto por qué.
Y no puedo responder.
lunes, septiembre 14, 2009
domingo, septiembre 06, 2009
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