Entreveo lo maniqueo. Las frases inconexas, palabra glamurosa, de tormenta quejumbrosa. Y se muestra pusilánime. Y truena. Y el despiste es tal que el desmonte tapa al terraplén. A tutiplén. Palabras ilegibles desconchadas por el insomnio. Pero preguntadme de nuevo por el soufflé. ¿Está caliente? Se lo pregunto a un señor cliente que viene por simiente y le pasó lo siguiente:
"No tengo talla".
Vaya forma de dar la tralla.
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