Estoy rodeado de un denso vapor muy caliente. Me abre las vias respiratorias a la vez que me asfixia. Un momento. Todo gira en espiral, hacia arriba. Solo siento calor, todo se mueve, pero no hay nada. Nada tangible a lo que agarrarse, nada físico, nisiquiera yo. Me veo en el suelo sin poder moverme sumido en un profundo sueño, los párpados tan pesados que me impiden levantarme, pero lo veo, me alejo a la vez que me expando como un globo de helio.
Entonces me detengo, la presión baja, me precipito, abro los ojos, desnudo en la nada. Todo está frío y comienzo a hundirme en la nieve, que se derrite y me inunda. Me ahogo pero sigo respirando dolorosamente, pero sin sentir nada. Nada es real, puedo sentirlo, me veo a mi mismo. observo mi destino y no hago nada para detenerlo. Vuelvo atrás, algo cambia. Hay alguien conmigo, ¿eres tú?
Imposible. Veo la salida pero no quiero exponerme a la realidad, me quema como una luz cegadora, me atrae y me repele, es inevitable, no puedo escapar pese a que escapar es lo único que puedo hacer.
Despierto y no veo nada. Claro, estoy mirando al techo y la luz está apagada.
sábado, octubre 04, 2008
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