lunes, diciembre 19, 2011

Yo Incluso.

Dicisietemil palabras olvidadas para siempre entre la espiral de vorágine reiterativa redundante de la red. Es algo que da que pensar. Dadaista. Con respecto a mi recto. Podría escribir con coherencia por una vez, pero no me iba a entender. 

En efecto, me siento levitando entre las brumas de mi pensamiento melancólico al ritmo que marca Thom Yorke acompañado de algo de queso y eso, aquí, junto a mi balcón, que en realidad es una ventana, pero siempre queda mejor un balcón del que colgar la ropa, del que asomarse, del que asombrarse. Pero qué bonito balcón. Y qué vistas, madre. Y extrañarse.

Los juegos de palabras ya no son lo que eran.

martes, octubre 25, 2011

Hoy en pieza.

Un puzzle, quizás, un golpe, tal vez. Un continuo rebotar de pared a pared como una incesante obra de remodelación de la colección definitiva de un Lord inglés millonario consciente de que su mujer tiene un amante. Y ruido blanco.

Papapapá. Alargando la última a. Atrapado en un laberinto. Ojos que te sorprenden mirando y acentuándose antes de tiempo en un esdrújulo intento de completar un diccionario imaginario, de imágenes como glosario, retumbando a su vez en las paredes inconscientes de la narración inconsistente de la improvisación más a huevo y peor llevada de la Historia del Universo conocido y por conocer, aunque el pop lo devuelva todo, tras comerse alguna "ele", sin "pé", al más irrelevante plano existencial, que es con el que nos toca lidiar.

Zarandeo un hombro maltrecho por el hecho de no confundirlo con el lecho sin hablar del despecho hacia el techo rematando a gol en el sentido figurado de una estirada épica, milenaria y me meo.

Y ahora me da por dibujar. Con los ojos vendados, además.

Epílogo. Dícese de. Y el diccionario me recomienda que diga cese. Que cese, que vomitar está bien si se hace en alfombra ajena, pero autoflajelarse no da para más que para sufrir en silencio una autohumillación imbécil. Pero el martillo no para de golpear, la luna está oculta ya en la poesía inexistente de mis rimas sin rimar. Y translúcido es una palabra que quería colar.

¡Oh, tiranía! ¡Oh, pomposidad! Cuan farragoso y empantanado estás. Mamíferos palmípedos. Por fin la última pieza y todo termina por encajar.


sábado, octubre 08, 2011

Hoy(s)


Hoy voy a hablar de cine. De cine es una expresión que se utiliza para dar a entender que algo está muy bien. Así que utilizaré palabros largos cuyo significado desconozco. Desconocéis. Imberbes. Hipoglúcidos. Astracán.

No os podéis imaginar lo que me ha pasado hoy, porque veis mucho la tele y no tenéis imaginación. Así que hablaré de cine. Muy bien. Gracias.

Isabella Rossellini estaba casada con David Lynch cuando se rodó Blue Velvet. A él no le resultaba problemática tanta letra repetida, y ella estaba fascinada por su genio. Vaya, lo he conseguido, he salido del bucle y os he contado una anécdota cinematográfica.

domingo, septiembre 25, 2011

Interfaz

Incluso tras degustar una experiencia audiovisual desconcertante, llena de pelotas de golf y escuchando como estoy escuchando una serie de sucesión de ruidos maravillosamente combinados en un idiotizante y frenético caos, palabra irreconocible al ser el motor de todo cuanto tiene sentido respiro sin saber que después de la estupefaciente redacción no estaré mas allegado a ti ni a nadie que me pueda interesar con su sonrisa deslumbrándome repleta de lo que quizás sea un mero subrayador rojo decorando una incierta ortografía, preguntándome por qué, preguntándote por qué, dirigiéndome hacia usted sin dejar de mirar en otra dirección. Nunca miro a mi interlocutor.

Qué swing, qué frescor.


lunes, agosto 29, 2011

Esbozos recurrentes

Sumido en un pozo de desesperación nadando en una espiral insondable. Su miedo empezó desde aquella operación en la que de dio por mirar la sonda que con sumo cuidado le había colocado la enfermera diciéndole que no se preocupara, que respirara, que todo estaba tranquilo como un río en su cauce medio, quizá en otoño, el cielo despejado. Da sed el hielo, me tienes hasta el moño dijo al sauce y rió con estilo mientras se dirigía al establo, dejando atrás a la rana, ocupado en su dicha, cuando vio a esa ramera loca donde mucho antes sonaba aquel mirlo, y observándola se deslizó colina y media hundiéndose en el fango al llegar a la cerca de los gorrinos, a los que había olvidado castrar.

Son, sin embargo, palabras vanas.

jueves, julio 07, 2011

Fiebre para contar.

Siempre y cuando el escritor escriba para si mismo se creará un gran abismo entre él y el lector. Elector.

sábado, junio 04, 2011

Grita si es tu parecer.

La extraña afición por contar avejarucos surgió en el año catapúm a expensas de la explosión mediática de los animales de nombre rimbombante. Aún hoy prevalecen costumbres que uno quisiera o quisiese eliminar de un plumazo, abolirlas o hacerlas lapidecer sacándoles punta, como a un iceberg. Sin embargo, que sin duda se vive mejor que embargado, tus pertenencias permanecen intactas ahí, junto a la mesilla que está debajo del cuadro que hiciste a los 10 años de salir de la cárcel, truhán.

Que conste que sé que lo he escrito mal.


Eso es todo. Interrogación.

A veces una cortina de humo es tan efectiva que se oculta a sí misma. Si no, nadie en su sano juicio la compraría.

lunes, abril 25, 2011

Crítica Literaria.

Diría que "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, es el mejor libro que he leído. Lo que más me sorprendió es que, siendo el autor mexicano, no utilizase ni una sola vez la expresión "¿Qué pasa, wey?"

viernes, abril 22, 2011

CIR

Acurrucado intelectualmente en el rincón destinado al soporífero paso del tiempo me encuentro ante la pantalla del ordenador. Entelequia matemática para dar título al desasosiego.

Si es de noche, pronto amanecerá y los jóvenes podrán volar en bicicleta al compás de una regla Faber Castle. Verde translúcido mientras suenan nerds haciendo punk en traje naranja. Hay que limpiar el sistema. Pero antes habrá que saltar.

domingo, marzo 06, 2011

Despertar

Con este amargor tan extraño me doy cuenta de la paradoja de existir. Saborear la amargura para producir nada menos que la exaltación mas oportuna. Interrumpir el sueño por algo mejor que soñar. Aquí me tienes, pese a mi exquisito paladar. Y tomar.

jueves, marzo 03, 2011

Finamente.

Finalmente. Con sombreado y todo. Si alguien sabe de qué hablo, por favor, me lo comente.
Pasa todas las noches. Aborreces el concepto, pero adoras hacerlo. Las frases son demasiado cortas si tienen menos de diez palabras. Y se alargan insoportablemente. Una tras otra. Una y otra vez. Unadolatelacatola. Canción infantil. Qué sutil.

Inconfundible, sonó el riff. ¡Jo! ¡Cómo me gusta!

El hombre hacia atrás va más deprisa de lo que tu vas, come cacahuetes, degüella a tus clientes. Lávate los dientes para engatusar a las serpientes. Y si no llegas al plazo, te extirpamos el bazo. Y que jueguen con él los niños, que nadie piensa nunca en los niños.

Periódicamente, sin embargo, publico relatos basados en series de televisión. No es un trabajo remunerado, pero me pagan. Twitter me tiene enganchado.

Separo los párrafos, cada vez mas cortos e inhabitados.

Por una vez, soy coherente.

La relevancia la otorgan lo otros, seamos irrelevantes. El plural me incluye a mi y a mi subconsciente, se lo debo por tomar todas mis decisiones y ser omnisciente. Qué ente.

Harto ya de su mirada, se le acercó. Muy cerca. Eres un cerdo, dijo. Ojalá tuviera un crucifijo. No creo. Creo que, fijo. Mataré a ese pijo. Es mi hijo. La letra de una canción. Beben y me da un ataque al corazón.

Pierdo el hilo, lo retomo.

Está muy oscuro aquí, acompáñame a un rincón iluminado donde pueda ver si te has afeitado. Ni soñarlo, soy el rey de la pista y no estás en mi lista.

Carece de sentido, en fin, sigamos.

No veo más que un estallido y escucho un pitido, pero sé que tu me has mirado.

Y el resto son vísceras y sangre. Una amalgama digital de pan integral y el camarero que piensa que él no lo piensa limpiar.

No lo pienso limpiar.

Y el auditorio estalla en aplausos. Y el acomodador que piensa que él no lo piensa limpiar.

domingo, febrero 20, 2011

Acepción

Significado. Guitarra folk. Voz ajada. Persiana bajada. Persona hastiada. Como una patada. Proverbios enrevesados. Puntos concatenados. Obviados. Preparación olímpica para una simple carrera de barrio. Barrió a todos sus rivales sin pararse a preguntar por lugares. Odiosa rima esgrima dirima en la tarima.

Y entonces se levantó, poseído por lo que había oido y no pudo escapar de la tendencia a la reverencia. No lo pudo criticar, alabando al personal, sin trastabillar, sin gritar, morder ni golpear. Su fuero interno se relamía ante la idea de destrozarlo todo a su paso, de sembrar el caos, de poner orden. Pero los pensamientos y los deseos son ahogados por los lamentos del personal, por lo que pueda pasar, por la sabiduría industrial. El ruido blanco no deja ver más allá de la pared de ladrillo que de repente bloquea tu pasillo. No lo trates de atravesar, vuelve a casa a descansar. Híncale el diente a algo diferente. Escapa.

Capa de pintura para tapar la escritura. Cito mis pensamientos: Ahora mismo reescribía esta amalgama de palabras expulsadas de mi cabeza sin concierto, me sentía inspirado pero al escribir se me ha escapado.

Debatamos. Batámonos. Hagamos un batido.

E Hijos

El secreto del éxito de cualquier odisea empresarial se basa en la coletilla. Y si no la pones, mañana no comes.

domingo, enero 30, 2011

La tierra es azul, y no sé qué hacer.

Por la mañana y con aliento de café no me puedo concentrar en redactar lo que podríase denominar literatura de calidad. Sólo puedo decir que si conectas los auriculares al jag del micro, no oirás nada por ellos. Con o sin casco, cuenta atrás para un gran fiasco.

Si existen transmisiones cerebrales capaces de desatascar un conducto de ventilación en mitad de la civilización y un teclado capaz de detectar los fallos de transcripción, no hay duda de que la investigación podrá tomar rumbos dispares y encontrar señales que dirijan nuestra atención hacia el lugar idóneo para la puntualización correcta de las palabras esdrújulas. Escuchemos o no a la nobleza musical.

A veces escribo por algún motivo diferente a la simple exorcización de la basura espacial, pero hoy el caso es que busco la inspiración en mi manido aporreo desordenado y torpe de letras impresionadas sobre teclas, impresión que tengo desde que impresioné una impresa lírica sobre los sobres del sobrevalorado envoltorio del regalo. Regalo que me hice a mi mismo, pues no hay mayor regalo que verse envuelto en un enbolado, sin saber la correcta ortografía, y salir de él, trinfante, casi cantante. Porque yo siempre quise cantar, triunfar. Componer una letra absurda sin igual, desubicar al respetable, tocar la guitarra eléctrica cuando la acústica es tu seña de identidad. Tomarse en serio es casi tan perverso como idolatrar sin matizar. Crear y destruir es algo que no se puede separar, como el agua y el aceite, pero sin agua ni aceite. Ya me pedirás que me afeite antes de que acabe el año me lo rogarás lo he visto antes de Faulkner el sentido la estructura pensamiento antes de que acabe el año tu yo él nosotros predicando a Faulkner plagiando estaba el señor dongato marramamiau tocando cuerpos tu yo predeciblemente sabré que no son adverbios durante y mediante con pausa teatral. Preferiblemente.

Y todo debería acabar con una frase genial. Encantamos.


lunes, enero 10, 2011

New Born

Hoy me encuentro poco lírico, cercano a la realidad. Y no me gusta la sensación, tendré que darle a algún botón. Empezar y deliberadamente delirar sin mirar a través de lentes transparentes. Tratar de llegar a socavar el interior de la mente humana perdiéndome en miles de redes infranqueables que se detienen sin darle al pause, y darse de bruces contra el muro invisible que separa de lo tangible. Y borro, y reescribo. Odio volver a contar el proceso, pero decía un artista de Origami que ver solo el resultado final te deja sin dos terceras partes de lo que contemplas. Un interesante documental.

¿Parafraseo a un grupo de rock o me limito a escribir una bonita lista de palabras altisonantes? El tono es liviano, accesible. Los coches son desesperantes.

Y si para interpretar a Lennon en una película no hace falta parecerse a él, yo abdico. He dicho. Punto. Yesterday, hombre ya.

Lo suscribo

Mientes

Jota. Una letra que es un nombre.