domingo, agosto 22, 2010

Demencia onírica ante notario.

Sólo tiro para adelante con mis frases hilarantes.
Si esto fuese un fancine itinerante, no habría películas sino un rutilante y futil coro de luces tintineantes. Como el héroe del tupé, Milú ladrando mediante.
Y tan solo me encierro en la lírica asustado por un estómago vacío y una mente incapaz de dormir. Equívoco, unívoco, rehusar a tales palabras suena aún peor, seguro, leído que pensado.
Moverme en la realidad nunca fue mi sueño y mis ovejas escapan, pacientes.
Y una alta valla se yergue como una sutil patada.
La cena puede esperar. Apaga y comunícanos.

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